Fuente: EL DEBER
Tres expertos ven que el alza salarial en la presente gestión -un 6% al haber básico y un 9% al salario mínimo nacional- impactará en la competitividad del sector agroexportador y minero, la ocupación laboral e incidirá en el traslado de precios de la oferta nacional al consumidor final. El exministro de Hacienda, Luis Carlos Jemio, ve una pérdida de competitividad en sectores productivos, principalmente, agroexportador y minero que enfrentan una coyuntura de bajos precios y caída de ingresos. “Si a eso se le recarga un incremento salarial y se mantiene fijo el tipo de cambio se les está apretando los márgenes de retorno. Ven aumentar sus costos, pero no sus ingresos”, explicó.
En su criterio, antes de asumir un acuerdo que beneficia a la masa laboral, se debió ver las perspectivas de desempleo porque la caída de las utilidades en las empresas llevará al cese de actividades y de nada servirán los incrementos salariales si no hay fuentes de empleo. Jemio cree que el incremento salarial presionará al alza de precios por el aumento de la demanda y que este fenómeno repercutirá en una mayor inflación y apreciación cambiaria. Para el exministro de Desarrollo Económico, Horst Grebe, se debió evaluar, por separado, el desempeño y las potencialidades de cada sector y no aplicar un ajuste salarial generalizado. “Sigue escalando el salario mínimo nacional por encima de la inflación, lo cual trae un efecto de redistribución a favor de los asalariados, pero deteriora al sector empresarial que no está en condiciones de asumir esa carga social porque sus mercados son diferentes y encima está la sombra del segundo aguinaldo. Las empresas se van a resentir y eso afecta al empleo”, dijo.
A su juicio, la política salarial no puede ser diseñada a partir de conversaciones con la dirigencia cobista y tiene que tomar en cuenta elementos y criterios del sector empleador porque se corre el riesgo de que el empleador absorba el alza salarial, pero traslade, la carga social, al precio de sus productos. Afectará la producción Para el presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, José Alberti, en un momento de crisis económica es una medida desacertada porque la demanda agregada tiende a contraerse y las perspectivas, este año, son desalentadoras porque algunas actividades económicas están en emergencia por factores negativos, tales como normas regresivas, competitividad cambiaria, contrabando y ausencia de incentivos. Alberti cree que el incremento al salario mínimo nacional y al haber básico afectará el estado de situación de las empresas del sector público y privado.
“Incidirá negativamente sobre las expectativas y atracción de inversiones, tan necesarias para el país, restringiendo el potencial de generación de empleos”, afirmó. Cree que el costo laboral en Bolivia ya es regresivo para la producción dado que la determinación de la política salarial es impuesta por el Gobierno y un grupo de trabajadores en vez de sustentarse en base a criterios de productividad. “El efecto al equilibrio financiero será mayor en las Mipymes donde algunas serán empujadas a la informalidad”, alertó Alberti
Tres expertos ven que el alza salarial en la presente gestión -un 6% al haber básico y un 9% al salario mínimo nacional- impactará en la competitividad del sector agroexportador y minero, la ocupación laboral e incidirá en el traslado de precios de la oferta nacional al consumidor final. El exministro de Hacienda, Luis Carlos Jemio, ve una pérdida de competitividad en sectores productivos, principalmente, agroexportador y minero que enfrentan una coyuntura de bajos precios y caída de ingresos. “Si a eso se le recarga un incremento salarial y se mantiene fijo el tipo de cambio se les está apretando los márgenes de retorno. Ven aumentar sus costos, pero no sus ingresos”, explicó.
En su criterio, antes de asumir un acuerdo que beneficia a la masa laboral, se debió ver las perspectivas de desempleo porque la caída de las utilidades en las empresas llevará al cese de actividades y de nada servirán los incrementos salariales si no hay fuentes de empleo. Jemio cree que el incremento salarial presionará al alza de precios por el aumento de la demanda y que este fenómeno repercutirá en una mayor inflación y apreciación cambiaria. Para el exministro de Desarrollo Económico, Horst Grebe, se debió evaluar, por separado, el desempeño y las potencialidades de cada sector y no aplicar un ajuste salarial generalizado. “Sigue escalando el salario mínimo nacional por encima de la inflación, lo cual trae un efecto de redistribución a favor de los asalariados, pero deteriora al sector empresarial que no está en condiciones de asumir esa carga social porque sus mercados son diferentes y encima está la sombra del segundo aguinaldo. Las empresas se van a resentir y eso afecta al empleo”, dijo.
A su juicio, la política salarial no puede ser diseñada a partir de conversaciones con la dirigencia cobista y tiene que tomar en cuenta elementos y criterios del sector empleador porque se corre el riesgo de que el empleador absorba el alza salarial, pero traslade, la carga social, al precio de sus productos. Afectará la producción Para el presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, José Alberti, en un momento de crisis económica es una medida desacertada porque la demanda agregada tiende a contraerse y las perspectivas, este año, son desalentadoras porque algunas actividades económicas están en emergencia por factores negativos, tales como normas regresivas, competitividad cambiaria, contrabando y ausencia de incentivos. Alberti cree que el incremento al salario mínimo nacional y al haber básico afectará el estado de situación de las empresas del sector público y privado.
“Incidirá negativamente sobre las expectativas y atracción de inversiones, tan necesarias para el país, restringiendo el potencial de generación de empleos”, afirmó. Cree que el costo laboral en Bolivia ya es regresivo para la producción dado que la determinación de la política salarial es impuesta por el Gobierno y un grupo de trabajadores en vez de sustentarse en base a criterios de productividad. “El efecto al equilibrio financiero será mayor en las Mipymes donde algunas serán empujadas a la informalidad”, alertó Alberti