El sector agropecuario del oriente afronta una crisis en todos sus rubros productivos y advierte de un posible desabastecimiento en el mercado interno.
Fuente: LA PRENSA

El contrabando, la caída de los precios, el ataque de plagas y los fenómenos climáticos mermaron los cultivos dejando a pequeños y grandes productores en la quiebra. En una visita organizada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) en zonas productivas de Santa Cruz, se constató que varios productores perdieron hasta el 100 por ciento de sus cultivos por el ataque de plagas, mientras que otros quedaron ahogados en deudas con casas comerciales.

Ese es el caso de David Chaiva, quien perdió el 100 por ciento de sus cultivos de arroz a raíz de la bacterioris, una enfermedad que ataca en plena etapa de engorde del grano mermando la cosecha. Chaiva pertenece a la comunidad de San Juan de Yapacaní, una de las zonas productoras de arroz, afectada junto a otros tres municipios por la bacteria que reduce la producción hasta 400 kilos por hectárea en lugares que antes rendían 1.600 kilos.

En tanto, el déficit de trigo nacional para este año bordeará el 60 por ciento, debido a la baja del precio del producto en el mercado interno, por el contrabando y al ataque de plagas que desincentivan el negocio, según explica el gerente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Rolando Zabala. La demanda interna de trigo es de 650 mil toneladas al año.

En 2015, la producción cubrió el 50 por ciento de esa demanda, pero para 2016 se prevé que el déficit avance en 10 puntos. Por otra parte, si continúa cayendo el precio de la soya, la producción de la campaña de invierno de trigo, sorgo, maíz y girasol podría disminuir considerablemente, según el presidente de Anapo, Reynaldo Díaz.

“Por el clima por un lado, cerca de 200 mil hectáreas (de cultivos) fueron afectadas. La producción de alimentos puede estar bajando en el país. Por un lado, los alimentos están en riesgo por el tema de los precios que está recibiendo el agricultor por parte de la agroindustria”, señala. Actualmente, el precio que la industria paga por la soya es de 220 dólares la tonelada, pero el costo de producción bordea los 500 dólares.

En una visita por zonas productivas en el municipio de Pailón, Díaz afirmó que las pérdidas para el sector soyero superan los 90 millones de dólares, porque el precio de comercialización del producto no supera los costos de producción. Según el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Rodas, los productores están “desincentivados” y no cuentan con el capital suficiente para afrontar la campaña de invierno. Transgénicos Los pequeños y grandes productores exigen que el Gobierno retome la discusión respecto al uso de los transgénicos.

Según Días la salida a los problemas que afrontan los productores es la implementación de biotecnología, ya que “nos va a permitir poder ser más productivos, poder ser más competitivos en la región” Por su parte, Rodas señala que los niveles de productividad se incrementarían de aplicarse los transgénicos. Culpa al Gobierno por el rezago de la producción boliviana con relación a otros países vecinos. Añade que el uso de transgénicos ayuda a sobrellevar el problema de precios bajos incrementando los niveles de productividad. Agenda Rodas afirma que desde que el ministro de Desarrollo Rural, César Cocarico, ocupó el cargo, la agenda planteada para el sector productor a raíz de la cumbre Sembrando Bolivia quedó totalmente paralizada. En la cumbre agropecuaria se acordó triplicar las exportaciones del agro, ampliar la superficie de desmonte de cinco a 20 hectáreas para ampliar la frontera agrícola e incrementar en 10 veces la exportación ganadera.

EXPORTACIÓN

El Gobierno sólo liberó 100 mil toneladas para la exportación de la soya durante esta gestión. El presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Reynaldo Díaz, afirma que su sector necesita que se liberen alrededor de 500 mil toneladas. Según Díaz, la demanda interna de soya representa sólo el 30 por ciento de la producción total, el restante 70 por ciento podría abastecer el mercado externo. Díaz añade que su sector dialogará con el Gobierno para gestionar la liberación de un cupo mayor al que se ofertó a la fecha.

ARROZ:

David Chaiva, productor de arroz de San Juan de Yapacaní Así como lo ven (...) no da ganas ni de cosechar el terreno porque es una pérdida grande, ya con eso son dos campañas seguidas. El año pasado no ha sido mucho, pero este año si ha sido grave. Esta pérdida, incluyendo insumos, casi 15 mil dólares sería de las 40 hectáreas. SOYA: Suzano Terceros, vicepresidente de Anapo Esta zona (Cuatro Cañadas) ha sido golpeada por la sequía. Hemos tenido rendimientos muy bajos. Hemos tenido precios muy desfavorables que no van a cubrir los costos de inversión. En la mayoría de los casos, los pequeños productores vendieron en 220 dólares.

BAJOS COSTOS CAUSAN CRISIS EN EL ORIENTE

Soyeros advierten con desabastecer a la industria Los pequeños productores de soya del norte integrado de Santa Cruz advierten con la posibilidad de no abastecer a las industrias aceiteras del país hasta que incremente el precio de la soya.

"La otra campaña (...) discúlpenme, pero no va a haber consumo interno de Bolivia. Muchos agricultores van a dejar de sembrar, así como han dejado de sembrar maíz y frijol. La otra campaña no va a haber soya ahora, no hay grano de oro", afirma la directora de los pequeños productores de la filial norte de Anapo, Silvia Vale. La directora añade que los pequeños productores ya fracasaron tres años consecutivos en la siembra de frijol y el maíz. Según el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Rodas, el precio internacional de la soya, según la cotización de Chicago, bordea los 260 dólares la tonelada, pero en el mercado interno la industria paga 230 dólares por el mismo peso. Rodas afirma que, según los pequeños productores, se reportaron casos en los que se pagó hasta 190 dólares la tonelada.

“El pequeño productor soyero está siendo cazado en un zoológico, así lo hemos graficado porque realmente se está percibiendo un precio de oportunidad por parte de las industria que está afectando gravemente la economía”, según Rodas. Vale añade que el Gobierno dialoga sólo con la industria para abrir los cupos de exportación. "La próxima campaña los agricultores no van a poder sembrar. Las industrias no van a tener soya. A ver, el Gobierno qué va a decir: ¿Queremos el consumo interno de la soya?", cuestiona.

Durante la visita organizada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), en sectores productivos del oriente, este medio constató la situación crítica que atraviesa los agropecuarios de Santa Cruz. Los pequeños productores denuncian pérdidas económicas cuantiosas que superan los 90 millones de dólares debido a los precios bajos.

El costo de producción de una hectárea de soya bordea los 900 dólares, mientras que la tonelada de ese producto se comercializa en 230 dólares. Según Díaz, el precio ideal para rescatar la inversión en la producción debería bordear los 270 dólares por tonelada. Por su parte, el presidente de la filial norte de Anapo, Epifanio Zurita, indica que el Gobierno no tiene la capacidad de conversar con los agricultores para analizar la situación en la que se encuentra su sector. Zurita añade que las casas comerciales (lugares de donde fletan maquinaria y comprar agroquímicos) los están "asfixiando" para que paguen las deudas contraídas y que los bancos ya no les quieren facilitar préstamos pendientes de anteriores campañas. "Estamos trabajando para las industrias y los proveedores de insumos porque los costos de producción, tanto en arroz como en soya, están por los suelos", añade.

ENTREVISTA:

GARY RODRÍGUEZ,

GERENTE DE IBCE

La producción del oriente a punto de entrar en retroceso Santa Cruz sigue siendo el bastión agroproductivo del país.

Lo acaba de confirmar el INE (Instituto Nacional de Estadística) con el censo 2013 y las cifras que ha entregado. Hemos podido asistir directamente para comprobar el esfuerzo que pequeños, medianos y grandes productores bolivianos de los diferentes distritos del país y extranjeros realizan para que Bolivia goce de esa soberanía alimentaria. Después de tres días de contacto con esos productores, no podemos, sino estar preocupados por lo que hemos podido constatar.

Hay problemas de rendimiento en la generalidad de las producciones a las que hemos asistido, como la soya, el trigo y arroz. Eso principalmente por las inclemencias del tiempo, los precios bajos, la imposibilidad de exportar libremente y el pedido clamoroso para solucionar el problema de los precios bajos que se refiere al uso de nuevos eventos de biotecnología en el caso de la soya.

Hemos podido escuchar de parte de los pequeños productores, la advertencia que en caso de que el negocio no rinda los resultados esperados (porque hay muchos de ellos que están quebrados, con sus casas hipotecadas) tendrán que dedicarse a otras actividades.

Es claro que si baja el número de productores, si no damos solución al problema de la productividad, la cantidad de alimentos disponibles en el mercado va a disminuir. Lo decía el presidente de la CAO (Julio Rodas) que esta situación tiene que ver con la posibilidad de que la oferta de los productos disminuya. Sabemos que llegar a este punto ha costado décadas. La apuesta de buena fe de los productores de todo el país para luego ceder sería lamentable. Santa Cruz abastece con el 70 por ciento de los alimentos que consume Bolivia, exporta más de 2 millones de toneladas anuales que le implican el ingreso de más de mil millones de dólares en divisas para el país. Sería lamentable retroceder en eso porque detrás de cada productor hay una familia que vive de los ingresos que se generan en el área.