El Gobierno quiere desarrollar el yacimiento, aún a costa de pagar más que la paridad internacional. El Gobierno quiere desarrollar el yacimiento, aún a costa de pagar más que la paridad internacional.
TNS LATAM
  
El gobierno analiza otorgar un subsidio al gas que se produzca en Vaca Muerta como recurso para atraer inversiones que desarrollen el yacimiento de hidrocarburos no convencionales.
 
Con este propósito se discuten borradores de un proyecto de ley que, de ser aprobado, alumbraría un nuevo régimen de subvenciones para el año próximo.
 
El aprovechamiento del reservorio local, identificado como uno de los más ricos del mundo, implican desembolsos multimillonarios y no hay capital local suficiente para costearlos: ahora la chance está habilitada por el acuerdo con los holdouts.
 
La extracción y exploración del gas y petróleo no convencional es más costosa que la modalidad tradicional. Y en Argentina, a su vez, resulta mucho más onerosa, por ejemplo, que en los Estados Unidos, donde los no convencionales tuvieron un boom extraordinario.
 
Aunque con los últimos incrementos en las tarifas el gas en el país se remunera a los productores por encima que en otros lugares del mundo, los valores aún no serían suficientes para seducir el desembolso de nuevos capitales.
 
El equipo comandado por Juan José Aranguren evalúa ofrecer un anzuelo adicional para la producción de gas, producto que lidera la matriz energética local y el que más escasea en el país.
 
Un estímulo plasmado en los borradores oficiales es el de habilitar la amortización anticipada de bienes de capital para emprendimientos que apunten al desarrollo del hidrocarburo no convencional. Se trata de un recurso contable que sirve para alivianar el pago del Impuesto a las Ganancias, en particular en los primeros tramos del proyecto.
 
Con el último reacomodamiento de tarifas, hubo ajustes de precios muy importantes en toda la cadena: producción, transporte y distribución.
 
El gas que los productores despachan con destino a los domicilios (los precios son diferentes según el consumidor del producto) pasó de costar 1,30 dólares el Millón de BTU a 4,5 dólares promedio; el de usinas de 3,8 a 5,2 (lo que encarece de modo importante el costo de producir electricidad térmica) y el GNC de 1,30 a 5,20.
 
Pero a pesar de lo abrupto del salto, estos valores parece que aún resultan insuficientes para apostar con riesgo en el desarrollo de hidrocarburos de localización más profunda y extracción más compleja.
 
Por eso Energía trabaja sobre la hipótesis de una subvención que garantice a los productores de gas no convencional 7,5 dólares el MBTU.
 
El mismo valor que hoy se remunera el carburante en los planes estímulos creados por el gobierno anterior (Plan Gas) y que dio lugar a una millonaria deuda a favor de las petroleras, que el gobierno de Mauricio Macri prometió cancelar con un título de deuda.
 
En ese caso, el Estado subvencionó el “gas nuevo”, es decir, aquella producción que superase la de cierta curva prevista de antemano. La elección del momento que se tomó como base erigió a algunas empresas como beneficiarias privilegiadas del sistema respecto de otras.
 
Según la hipótesis de trabajo actual, la subvención para Vaca Muerta sería otorgada a proyectos específicos, después de ser sometidos a la evaluación oficial.
 
Un modo de acotar el alcance del beneficio, que debería reanimar la actividad con epicentro en Neuquén, bastante decaída desde que derrapó el precio del crudo en el mercado externo.
 
Este camino, de un costo fiscal futuro por ahora difícil de calcular, resulta contradictorio con la decisión global del Gobierno de desmantelar las subvenciones en el área energética y limitar la intervención estatal en general.
 
Sin embargo, es coherente con el afán de apuntalar una actividad económica que atraviesa un momento difícil.
 
El sector petrolero ya goza de algunas prerrogativas en este sentido. Hay un precio sostén que hace que el crudo sea en Argentina mucho más caro que en el exterior y que es garantizado, en gran medida, por los consumidores de combustibles locales.
 
Otros puntales para la actividad son sostenidos con el esfuerzo fiscal. Además de los programas estímulo para la producción, hay un subsidio a la exportación de Escalante, un crudo pesado que se vende en alta proporción al exterior. De broche, el año pasado se levantó la suspensión sobre un reembolso equivalente a 4 dólares el barril para las petroleras que utilicen los puertos patagónicos.
 
Ahora, hay otro apoyo en camino, esta vez para que el el codiciado botín de Vaca Muerta supere el status de fantasía.