Fuente: Cronista
Daniel G. Montamat Economista
El mercado de gas se encuentra a la espera de la instrumentación de varias medidas, incluida una recomposición de los cuadros tarifarios, cuyo esquema de facturación implicará un aumento del precio del gas en boca de pozo y del cargo fijo. Los objetivos enunciados por el Gobierno, además de dar una señal de precios a la inversión, también persiguen simplificar un esquema tarifario que se había multiplicado en categorías y complicado al extremo. En esa simplificación es relevante la eliminación del cargo para abonar la importación y del cargo para la ampliación del sistema (Focegas), sustituyéndose todo por un cargo fijo, y un precio mayorista del gas natural que tenderá a ser único. Los segmentos regulados irán reasumiendo sus compromisos con las decisiones de inversión en el sistema y mejorando su función operativa. A pesar del ajuste tarifario que rigió en 2015 y que ofrecía fuertes incentivos al ahorro, según datos de Carta Energética la demanda total del sistema siguió creciendo el año pasado. Crecieron el consumo residencial, el de la industria, las centrales eléctricas y el GNC.
Como resultado, aún en un año recesivo en lo económico, la demanda total de gas natural tuvo un incremento cercano al 2%. Esto evidencia la falta de una correlación robusta entre el aumento de precios y la disminución de las cantidades demandadas, por lo menos en el corto plazo. Por el lado de la oferta hubo noticias alentadoras. La producción de gas natural aumentó el 3,6% en el 2015, mientras el aprovisionamiento del gas local inyectado en el sistema de transporte creció 5,24%, lo cual demuestra un logro de productividad en el volumen de gas que mueve la operación desde el pozo a los caños.ç
De no tenerse en cuenta el suministro importado, la inyección de gas local (operada en el sistema de transporte) aumentó unos 4,8 millones de metros cúbicos diarios respecto al año 2014. Del total del gas inyectado al sistema, 98 millones de m3/día fueron provistos por los productores locales y 31. 35 millones de m3/día (un 24. 3% del total inyectado) provino de importaciones de Bolivia y por barco (GNL). En este sentido, la situación a marzo de 2016 resulta excepcional en el contexto importador, pues el precio del gas de Bolivia se ha desplomado orillando los 3,9 dólares por cada MMBTU (millón de BTU) y el gas de importación de GNL alcanzó para algunos cargamentos el precio de u$s 5,9 por cada MMBTU. De las áreas operadas activas en gas natural, se destaca que el incremento de la producción es explicado por tres de ellas. Loma Campana, que llegó a producir en promedio 2,8 MMm3/día durante el año pasado, con un incremento de casi 40%. Lindero Atravesado, que produce 2,5 MMm3/día y agregó 1,3 MMm3/día el último año; y Rincón del Mangrullo, que si bien produce menos que las dos anteriormente mencionadas, con 2,1 MMm3/día, es la que más ha crecido en su oferta incremental incorporando 1,5 MMm3/día en el último año calendario.
Otro hecho destacable entre las principales áreas es la recuperación en los últimos meses del año pasado de la Cuenca Marina Austral operada por Total, que si bien todavía no logró revertir la caída del año, durante el último trimestre logró alcanzar un crecimiento del 1,2%. Para este año se espera mejorar la performance de abastecimiento externo con importaciones desde Chile (Mejillones y Quinteros). Un acuerdo recientemente firmado con el país transandino permitiría disponer de 5,5 millones de metros cúbicos diarios en los inviernos, con una erogación estimada en unos u$s 130 millones anuales. Más adelante, cuando el proyecto de Punta Sayago, Uruguay, se encuentre concluido, también podrá integrarse al abastecimiento de gas argentino y a la conformación de un mercado regional. El abastecimiento de nuevas fuentes externas y la reacción de la oferta local a las señales de la nueva política energética auguran un proceso de desarrollo que consolida el gas natural como la fuente primaria dominante en una transición a una matriz más diversificada.
El mercado de gas se encuentra a la espera de la instrumentación de varias medidas, incluida una recomposición de los cuadros tarifarios, cuyo esquema de facturación implicará un aumento del precio del gas en boca de pozo y del cargo fijo. Los objetivos enunciados por el Gobierno, además de dar una señal de precios a la inversión, también persiguen simplificar un esquema tarifario que se había multiplicado en categorías y complicado al extremo. En esa simplificación es relevante la eliminación del cargo para abonar la importación y del cargo para la ampliación del sistema (Focegas), sustituyéndose todo por un cargo fijo, y un precio mayorista del gas natural que tenderá a ser único. Los segmentos regulados irán reasumiendo sus compromisos con las decisiones de inversión en el sistema y mejorando su función operativa. A pesar del ajuste tarifario que rigió en 2015 y que ofrecía fuertes incentivos al ahorro, según datos de Carta Energética la demanda total del sistema siguió creciendo el año pasado. Crecieron el consumo residencial, el de la industria, las centrales eléctricas y el GNC.
Como resultado, aún en un año recesivo en lo económico, la demanda total de gas natural tuvo un incremento cercano al 2%. Esto evidencia la falta de una correlación robusta entre el aumento de precios y la disminución de las cantidades demandadas, por lo menos en el corto plazo. Por el lado de la oferta hubo noticias alentadoras. La producción de gas natural aumentó el 3,6% en el 2015, mientras el aprovisionamiento del gas local inyectado en el sistema de transporte creció 5,24%, lo cual demuestra un logro de productividad en el volumen de gas que mueve la operación desde el pozo a los caños.ç
De no tenerse en cuenta el suministro importado, la inyección de gas local (operada en el sistema de transporte) aumentó unos 4,8 millones de metros cúbicos diarios respecto al año 2014. Del total del gas inyectado al sistema, 98 millones de m3/día fueron provistos por los productores locales y 31. 35 millones de m3/día (un 24. 3% del total inyectado) provino de importaciones de Bolivia y por barco (GNL). En este sentido, la situación a marzo de 2016 resulta excepcional en el contexto importador, pues el precio del gas de Bolivia se ha desplomado orillando los 3,9 dólares por cada MMBTU (millón de BTU) y el gas de importación de GNL alcanzó para algunos cargamentos el precio de u$s 5,9 por cada MMBTU. De las áreas operadas activas en gas natural, se destaca que el incremento de la producción es explicado por tres de ellas. Loma Campana, que llegó a producir en promedio 2,8 MMm3/día durante el año pasado, con un incremento de casi 40%. Lindero Atravesado, que produce 2,5 MMm3/día y agregó 1,3 MMm3/día el último año; y Rincón del Mangrullo, que si bien produce menos que las dos anteriormente mencionadas, con 2,1 MMm3/día, es la que más ha crecido en su oferta incremental incorporando 1,5 MMm3/día en el último año calendario.
Otro hecho destacable entre las principales áreas es la recuperación en los últimos meses del año pasado de la Cuenca Marina Austral operada por Total, que si bien todavía no logró revertir la caída del año, durante el último trimestre logró alcanzar un crecimiento del 1,2%. Para este año se espera mejorar la performance de abastecimiento externo con importaciones desde Chile (Mejillones y Quinteros). Un acuerdo recientemente firmado con el país transandino permitiría disponer de 5,5 millones de metros cúbicos diarios en los inviernos, con una erogación estimada en unos u$s 130 millones anuales. Más adelante, cuando el proyecto de Punta Sayago, Uruguay, se encuentre concluido, también podrá integrarse al abastecimiento de gas argentino y a la conformación de un mercado regional. El abastecimiento de nuevas fuentes externas y la reacción de la oferta local a las señales de la nueva política energética auguran un proceso de desarrollo que consolida el gas natural como la fuente primaria dominante en una transición a una matriz más diversificada.