Los opositores aseguran que la destitución de la presidenta, que puede producirse en un mes, es legal. El Gobierno de Brasil sostiene que se trata de un "golpe contra la democracia".
ELPAIS.COM

La oposición al Gobierno brasileño quiere contarle al mundo su versión de la crisis política que atraviesa el país. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y el expresidente Lula da Silva, convocaron los últimos días sendos encuentros con corresponsales extranjeros para alertar del “golpe [de Estado]” que es, según ellos, el proceso de destitución de Rousseff. Este martes, seis partidos opositores que reúnen más de una tercera parte de los diputados convocaron una rueda de prensa en Brasilia en la que criticaron la “narrativa golpista” del Gobierno y se felicitaron por la posibilidad de que Rousseff deje el poder en el plazo de un mes. “El Gobierno Dilma se acabó”, aseguró el líder del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves, su rival en las elecciones presidenciales de 2014.

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