Fuente: Surtidores
Miguel Galuccio, CEO de YPF formalmente desde el 5 de mayo de 2012, dejará sus cargos en abril, luego de presentar la renuncia. Miguel Gutiérrez, lo reemplazará como presidente, pero todavía no está definido quién hará las veces de CEO, un puesto enfocado a los negocios, concentrado en trazar alianzas con otras empresas, armar el plan de inversiones, y en definitiva delinear la estrategia comercial.
Gerardo Rabinovich, referente del Instituto Argentino de Energía (IAE) “General Mosconi”, considera que el rol de CEO “es una función sobreabundante”, no necesaria. Sostiene que “históricamente YPF tuvo presidente designado políticamente que en realidad decidía el rumbo de la empresa. Y el rumbo de la empresa era el que definía el Estado”.
Considera que esta distribución de tareas es un invento anglosajón “extraño a nuestra idiosincrasia”, por lo tanto, señala que sólo podría justificarse dependiendo de la política que implemente YPF de cara al futuro. “Hoy no lo veo, no hay objetivos”, cuestionó Rabinovich.
Por eso, entiende que “debería haber un nuevo plan estratégico”. El de los 100 días, diseñado por Galuccio, explica que fue pensado cuando el petróleo costaba 100 dólares en Nueva York, un momento en que las explotaciones de hidrocarburos no convencionales eran rentables.
Hoy en cambio, Rabinovich plantea que “el Shale no puede ser el eje de la empresa; es un producto que cotiza dos veces más que en el mercado internacional”. Así las cosas, dadas las necesidades de abastecimiento, acentuaría la importancia de extraer gas, además de profundizar las tareas en las cuencas operativas.
En este escenario, el especialista en energía entiende que “lo que hay que hacer es pedirle al cuerpo capacitado de YPF, y a su nuevo directorio, que definan un nuevo plan estratégico para un barril a 40 dólares”. Es uno de los desafíos que se presentan para este primer semestre, ya con nueva conducción.