Estados Unidos confía en que la liberalización económica y los contactos personales transformen la isla.
Un presidente de Estados Unidos puso este domingo pie en Cuba por primera vez en 88 años. Barack Obama, que en 2008 ganó las elecciones con la promesa de dialogar con países enemigos, aterrizó a las 16.19, hora local, en el aeropuerto José Martí de La Habana. Obama no llega para pedirle al líder cubano, Raúl Castro, un cambio político en uno de los regímenes autoritarios más longevos. Tampoco se le recibe con hostilidad: al contrario. En la isla caribeña, uno de los pocos reductos de la obamamanía, el presidente estadounidense quiere afianzar el acercamiento entre ambos países.

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