Hoy somos el continente más rico en la producción de materias primas como minerales, eso obviamente atrae la atención de economías voraces, como de la China”, destacó en el seminario.
Fuente: PÀGINA SIETE

Los recursos que destina la República Popular de China mediante préstamos e inversiones a países de América Latina desplazaron a Estados Unidos en la región. En Bolivia, su presencia va en ascenso desde 2008, señala una investigación de la Fundación Jubileo.

"China, sin duda, está desplazando a EEUU en América Latina; en 2014 las inversiones crecieron en 71% con respecto a 2011 y en 2014 los préstamos de EEUU disminuyeron en un 20% desde 2011”, detalló el exviceministro de Desarrollo Productivo, Héctor Córdova, en el seminario de Periodismo e industrias extractivas en Bolivia, que fue organizado por la Fundación Jubileo. Córdova apuntó que ahora los principales atractivos para las firmas chinas en América Latina son la riqueza natural y humana, el crecimiento y el potencial de desarrollo que se percibe desde hace varios años.

Por ejemplo, citó que en mayo de 2015 el primer ministro de China Li Keqiang, durante una visita a Chile, dijo que "la actual cooperación industrial entre China y América Latina llega en el momento preciso”. "Eso tiene muchas connotaciones políticas y técnicas. China destaca su capacidad de fabricación de equipos y tecnología a precios competitivos y considera que América Latina tiene la demanda de infraestructura (...).

Hoy somos el continente más rico en la producción de materias primas como minerales, eso obviamente atrae la atención de economías voraces, como de la China”, destacó en el seminario.

De acuerdo con la investigación de Córdova, desde 2007 Venezuela es el mayor receptor de préstamos chinos con un monto superior a 56.300 millones de dólares, que son destinados sobre todo para las explotaciones petroleras y la creación de infraestructura. En Perú en la industria minera participan inversores de más de 30 países, donde se calcula que la presencia de firmas chinas supera el 30% de la cartera total de inversiones mineras (ver gráfica). Para 2011, China también reemplazó a EEUU como socio comercial en el país vecino.

Ese año se creó la Asociación de Empresas Chinas en Perú, que para 2014 ya contaba con 61 miembros y 120 compañías que estaban registradas oficialmente. En Brasil, las empresas del gigante asiático compraron acciones de petroleras por más de 12.000 millones de dólares. Además, China suscribió 35 acuerdos de cooperación por 50.000 millones de dólares y actualmente negocia la construcción del Tren Bioceánico con un financiamiento de 30.000 millones de dólares.

En Nicaragua construyen el Gran Canal de Nicaragua, que costará 50.000 millones de dólares y que incluye puertos, aeropuertos, acerías y cementeras. En Argentina compraron acciones de petroleras por 11.000 millones de dólares y efectuaron inversiones en el ferrocarril Belgrano por 2.100 millones de dólares; además, participaron en la construcción de una hidroeléctrica de 4.000 millones de dólares.

En Ecuador, en los últimos cinco años, China aprobó créditos por más de 5.000 millones de dólares. En electricidad destaca Coca Codo Sinclair, que es el mayor proyecto chino de construcción en el país. La llegada a Bolivia Según Córdova, China centró su atención en el sector minero desde 2006, cuando aún se podían realizar hipotecas, transferencias de áreas mineras y compra de acciones. Después de que observaron que había limitaciones, las empresas del país asiático decidieron trabajar en el área técnica-tecnológica con la construcción de plantas, ingenios y centros de procesamiento de minerales, como CAMC, que se adjudicó la planta de Sales de Potasio, en el Salar de Uyuni, o la sociedad accidental Vicstar Unión Engineering, el nuevo ingenio de Huanuni. "Varias veces intentaron adjudicarse la instalación de las plantas de zinc; una china colaboró para que Karachipampa inicie operaciones.

También trataron de ingresar al proyecto del litio, que es el único proyecto que decidió usar tecnología boliviana y eso impidió que empresas asiáticas de Japón, Corea o China sean parte de la obra”, enumeró. Para Córdova, China ha puesto el ojo en América Latina porque no desea depender del mercado de commodities para la adquisición de materias primas y, mediante las inversiones y préstamos de sus bancos, busca la hegemonía financiera, un aspecto que disputa con EEUU y Europa.