El segundo fin de semana de 2020, el científico Javier Jaimes notó algo extraño en su correo electrónico: “Estaba enloquecido”. “El viernes en la noche, empecé a recibir correos de mi jefe, de mis compañeros del laboratorio, en los que se hablaba de un nuevo virus. Empezamos a cruzar información, a hacer lineamientos genéticos".