REVISTA PETROLEO & GAS

El precio del petróleo en el mercado internacional continuará teniendo una gran preponderancia en el valor del GNL, ya que ambos factores están íntimamente ligados. Sin embargo, también se debe tomar en cuenta la demanda regional, que en muchas ocasiones tienen mayor predominio a la hora de definir el valor del gas a ser comercializado internacionalmente, es lo que considera la analista y consultora Sylvie D´Apote, Socia Directora de PRYSMA E&T Consultores.

La experta destacó que esta situación provocará que las negociaciones entre Bolivia y Brasil por nuevos volúmenes de gas se realicen en un contexto en el cual el precio pudiera ser definido con base al valor del petróleo en el mercado internacional o con base a la demanda de gas que pudiera tener el vecino país, ya que en un estudio realizado por una consultora internacional establece que la demanda de gas de los brasileños depende en gran medida de la producción de sus hidroeléctricas. Además destacó que se tiene que tener en cuenta a otros actores que también producen gas y que están mirando con buenos ojos al mercado brasileño.

D’ Apote anotó que Bolivia debe tener una cierta flexibilidad en la negociación y precios altamente competitivos para no perder el mercado brasileño, teniendo en cuenta que la demanda de este mercado varía en gran forma en un mismo año.

Con relación a los mercados del gas en Latinoamérica, destacó que hay una demanda creciente de GNL, aunque al mismo tiempo reconoció que existe una marcada incertidumbre en torno a la demanda y a la producción de gas, debido principalmente a la crisis por la que atraviesan los países de la región.

Con relación a la manera de definir los precios del GNL en los países productores, D’ Apote señaló que en algunos casos se los define con base al precio del petróleo, en otros se lo hace en función a la oferta y la demanda y aquellos que son regulados por una normativa interna.

PROYECTOS DE LICUEFACCIÓN

D’ Apote apuntó que hay una gran cantidad de proyectos para la instalación de plantas de licuefacción y que es posible que hasta el 2020 la capacidad instalada se incremente en un 60%, con lo que se alcanzaría a 800 millones de toneladas al año. Sin embargo hizo notar que en la actualidad existe entre un 15 y un 20% de capacidad instalada ociosa y que este porcentaje podría llegar a un 30% hasta 2030.