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Argentina es un gran consumidor de gas natural que Bolivia puede aprovechar. Sin embargo, en el vecino país todavía falta definir políticas de precios y determinar sobre el subsidio a este energético. Así coinciden los analistas Raúl García y Daniel Gerold al remarcar la importancia de la histórica integración energética binacional, lo que puede constituir en una ventaja comparativa para el proveedor, pero hay que tener en cuenta los precios.
 
La demanda del energético menos contaminante en el mercado vecino va en constante crecimiento, aunque más lento en los últimos años. Entre el 2001 y 2015, se incrementó de 79,3 a 140,4 millones de metros cúbicos por día (MCD), de acuerdo con los datos expuestos por el presidente de R. García Consultores en el segundo panel del IX Congresos Gas y Energía que realiza la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE), el cual se dio al finalizar su primera jornada este miércoles.
 
Esta creciente demanda debe ser atendida, independientemente de la fuente proveedora. Sin embargo, Bolivia tiene la gran ventaja, para aumentar su participación en el mercado argentino, de la histórica integración energética, asegura, por su parte, el Director de G&G Energy Consultants.
 
El “Nuevo horizonte del mercado de gas: precios, desarrollo de Vaca Muerta, GNL, Chile y Bolivia” es el tema del panel que reunió a García, Gerold y el boliviano Álvaro Ríos, quien dirigió el panel y llamó la atención sobre la relación boliviano-argentina.
 
En cuanto al shale gas, Gerold aseguró que el próximo año, Argentina  “no” producirá shale gas. Además dejó en claro que aún faltan años y millones de dólares para que el gas natural de esquisto tenga un rol fundamental en ese país.
 
En Argentina “tenemos tarifas muy bajas, con esas tarifas es difícil que los privados hagan inversiones”, por lo tanto, “necesitamos tarifas racionales, también del lado de quienes las tienen que pagar”, remarcó García, refiriéndose claramente a los consumidores. Es necesario fijar “precios y tarifas que induzcan a la inversión y al uso racional de la energía”, también es indispensable la “diversificación energética”, remarca el analista.
 
En el inicio de un nuevo ciclo de integración energética boliviano-argentina creo que hay una relación histórica rica en materia energética, pero particularmente en gas natural, que debe ser fortalecida, remarcó Daniel Gerold al señalar que el déficit argentino es de 50 millones MCD de gas natural, demanda que debe ser atendida sin importar la procedencia del energético.