Rebeldes hutíes de Yemen se adjudicaron el ataque a la refinería de Saudí Aramco.  EE. UU.  acusó a Irán, pero desde Teherán rechazaron la imputación.  
Fuente: Cronista
  
Trump dijo que usarán reservas si hay falta de combustible Sergio Lanzafame Arabia Saudita anunció que redujo un 50% la producción de la petrolera estatal Aramco, la principal del mundo, tras el ataque de los rebeldes hutíes de Yemen contra dos de sus refinerías.  El ataque fue realizado con diez aviones no tripulados. 

Desde EE. UU.  responsabilizaron a Irán, aliados de los hutíes y desde Riad, la capital árabe, dijeron que tiene la “voluntad y la capacidad” de responder a la agresión.  El ministro de Energía de Arabia, el príncipe Abdulaziz bin Salman, reconoció que Aramco detuvo su producción en 5,7 millones de barriles.  “Estas explosiones también detuvieron la producción de gas asociado estimado” en 2000 millones de pies cúbicos por día, utilizada para producir 700. 000 mil barriles de gas líquido, lo que reducirá el suministro de gas etano y gas natural en hasta un 50%, dijo la empresa en un comunicado.  Considerada por las agencias crediticias Moody’s y Fitch como la empresa con más ganancias del mundo, con un beneficio neto que estimaron en u$s 111. 100 millones en 2018, todavía calcula los daños. 

Aunque no hubo cortes de electricidad ni agua en el país árabe, el propio presidente estadounidense, Donald Trump, admitió durante una conversación telefónica con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, que el ataque afectó a la economía de EE. UU.  y del mundo.  Trump también se ofreció a colaborar en “todo” aquello que ayude a la seguridad y estabilidad y señaló que están dispuestos a utilizar las reservas petroleras propias para estabilidad el mercado del petróleo mientras dura la crisis.  El conflicto yemení estalló a finales de 2014, cuando los rebeldes ocuparon Saná y otras provincias del país y expulsaron al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, mientras que al año siguiente comenzó la intervención de la alianza árabe.  Los hutíes, por su parte, están respaldados por Irán. 

Por ello, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, acusó a Teherán de los ataques y aseguró, incluso, que “no hay evidencias” que sugieran que esa ofensiva fuera lanzada desde el Yemen.  “En medio de llamados para reducir la tensión, Irán lanzó un ataque sin precedentes contra el suministro de energía del mundo”, dijo Pompeo en Twitter.