Fue hasta hace dos décadas, una ciudad casi deshabitada, perdida en una estepa seca, polvorienta y helada.

Astana, capital de Kazajstán.
BBC Mundo

Pero Astaná, la faraónica capital de Kazajistán, es ahora una de las ciudades más llamativas del centro de Asia, con una arquitectura salpicada de estructuras complejas y formas abstractas y caprichosas. La temperatura en invierno allí suele rondar los -40 ºC, lo que la convierte en la segunda capital más fría del mundo, solo superada por Ulan Bator, en Mongolia.

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