Viernes, 23 Noviembre 2018

GAS VERSUS GAS

EDITORIAL

La primera exportación de gas natural de Bolivia se dio en 1972 hacia Argentina en un hecho relevante para la historia económica del país.

27 años después, en 1999 Bolivia concretaba otro hito al iniciar la venta de gas natural a Brasil, en volúmenes contractuales muy superiores respecto al anterior contrato.
Ambos logros tienen una larga historia para llegar a concretarse. Negociaciones de ida y vuelta, compromisos diplomáticos, estudios, desacuerdos, contratiempos, condiciones de financiamiento, entre muchos otros.
 
Sin embargo, son logros trascendentales que permitieron poner al país en un sitial estratégico en la región, en lo referido a la seguridad del suministro de gas natural.
Por otro lado, permitió al país expandir y modernizar su sector hidrocarburos en dos períodos diferentes, convirtiéndola en una industria de clase mundial, competitiva, con varias de las más grandes empresas del planeta y con políticas corporativas de mejora continua.
Ese estándar de competitividad también es una gran credencial que nos permitió lograr un nuevo contrato con Argentina en 2010, cuyo término es en 2026.
Sin embargo, la dinámica de la industria energética a escala global y en particular en lo regional se ha movido muy rápidamente en los últimos años, dadas las decisiones de los países vecinos enfocadas en acelerar el desarrollo de sus recursos propios que prometen mayor autosuficiencia energética y en particular de gas y petróleo.

Brasil con el Presal y Argentina con sus yacimientos no convencionales como Vaca Muerta, han puesto de manifiesto el hecho que nada es estático en esta industria, y como se dice en el mundo de los negocios; “no hay mejor momento para una idea que le llegó su momento”.

Precisamente en esa dinámica, la producción de gas de ambos mercados nuestros ha crecido notablemente y ha puesto en el escenario un elemento de competencia real para el gas boliviano en su provisión futura.

Esto plantea la necesidad de re proyectar una industria competitiva acorde a la nueva realidad de precios del petróleo, que si bien vienen mejorando los últimos años, con la amplia carga fiscal, la nueva banda de precios, la limitada capacidad para la toma de decisiones de inversión, las nuevas regulaciones, la necesidad de nuevas áreas y contratos, e incluso medidas como el doble aguinaldo, configuran escenarios de cada vez de menor competitividad interna para un sector que exporta el 70 por ciento de lo que produce y del cual depende gran parte de la economía del país.

Los tiempos han cambiado y en este nuevo escenario, Bolivia debe seguir manteniendo su capacidad competitiva no sólo en precios, sino en capacidad de producción, y sobre todo en capacidad de atraer inversiones en exploración que permitan sostenibilidad para esta industria.

El gas regional compite con el gas de Bolivia y debemos estar preparados para ello.
 
Adicionalmente cabe la consulta, ¿nuestro gas solo compite con gas? Las energías renovables son cada vez más competitivas y pueden ir desplazando la generación a gas. Esto también debe llamarnos a la reflexión.

Opinión editorial de la presidente de la CBHE, Claudia Cronenbold en la edición N.- 117 de la revista Petroleo & Gas.