El documento titulado Informe de Milenio sobre la economía de Bolivia establece una serie de variables que pueden incidir en una situación macroeconómica negativa de no ejecutarse ajustes
FUENTE: LA RAZÓN

La economía boliviana presenta una tendencia a la desaceleración y de “no mediar un ajuste fiscal oportuno” la situación se “torna muy delicada” para el 2020, según el Informe de Milenio sobre la economía de Bolivia. La conclusión es resultado del análisis de una serie de variables como el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, la volatilidad de los precios de exportación, la merma de las reservas fiscales y el congelamiento del tipo de cambio.

“La economía boliviana exhibe una situación incierta, caracterizada por elevados déficit externo y fiscal como también la desaceleración del crecimiento económico y la pérdida de competitividad cambiaria”, sostiene parte del documento. Pero además advierte que la proyección macroeconómica a partir del análisis y “de no mediar un ajuste fiscal oportuno, la situación se torna muy delicada para el año 2020”. Datos de 2017 y parte de 2018 dan cuenta que en 2017 el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos fue de 6,4% y el déficit del sector público no financiero de 7,8% del Producto Interno Bruto (PIB), lo cual, según el informe, implicó el endeudamiento público de $us 3.713 millones.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta para Bolivia un crecimiento superior al 4,5% para esta gestión, reveló el 3 de octubre el presidente Evo Morales sobre la base de un reporte que recibió este miércoles del ministro de Economía, Mario Guillén. También hace notar el informe los efectos de la volatilidad de los precios de exportación en rubros de la minería e hidrocarburos, en tanto que advierte que “la merma de las reservas internacionales, junto con la política de tipo de cambio fijo, tiene impactos contractivos sobre la oferta de dinero” con consecuencia como “efectos recesivos en la economía”. Otro los aspectos destacados es el riesgo que se cierne sobre el actual modelo económico por la reducción de los precios de exportación y la caída de los ingresos fiscales.

“Agotadas estas fuentes de dinamismo, en una coyuntura de menores ingresos externos y fiscales, la continuidad de dicho modelo se pone en entredicho, debiendo afrontar retos cruciales como su sostenibilidad fiscal, un mayor endeudamiento del sector público y la pérdida acelerada de reservas internacionales”, sostiene en documento.