El empleo se deteriora a nivel nacional y las medidas sociales no benefician a todos, porque los que tienen empleo formal se favorecen con beneficios sociales.
FUENTE: EL DIARIO

Los datos del Gobierno establecen que existe una baja en el desempleo, de 3,3 por ciento, uno de los más bajos de la región; sin embargo, la cifra encubre un aumento del empleo precario, así como la falta de empleo en jóvenes, mujeres y profesionales, aparte que estimula el comercio informal.

De acuerdo con datos oficiales, la tasa de desempleo abierto urbano en Bolivia se redujo de 8,1% en 2005 a 4,5% en 2017, pero la cifra del desempleo en general cayó a 3,3 por ciento, según las últimas declaraciones del ministro de Trabajo, Héctor Hinojosa. En la pasada gestión, el Ministerio de Planificación del Desarrollo señaló que el desempleo estaba en 3,5 por ciento, la disminución de la cifra lo atribuyó a la puesta en marcha del plan de empleo, similar a lo que hicieron los gobiernos anteriores, como el Plane y otras medidas similares para crear empleos eventuales.

El problema influyente es la rigidez de las medidas laborales, que desalientan al sector privado legalmente establecido por lo que, en casos, tornan a migrar a la informalidad. A su vez, el empleo ingresa en esta rutina, con lo que los trabajadores pierden sus beneficios sociales, reflexionó el analista económico Darío Monasterio. Explicó que no hay una política de incentivos del Gobierno para atraer inversión privada y crear nuevas fuentes de trabajo, y por consiguiente los escasos puestos laborales de a poco ingresan en un deterioro, por las exigencias que imponen las medidas laborales.

PRECARIO De su parte, el analista del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Bruno Rojas, sostiene que los años de bonanza económica que estimularon el crecimiento del país, no repercutieron en la calidad del empleo, mas todo lo contrario, aumentó la precariedad del mismo. Como dato, en 2001 el empleo precario estaba en 21 por ciento, pero en 2014 la cifra trepó al 56 por ciento. Estos datos muestran que la calidad del empleo se fue deteriorando a lo largo de los últimos años, complementó el analista. Señaló, a su vez, que si bien el Gobierno busca crecer a más del 4,5 por ciento, sobre la base de los precios internacionales de las materias primas, para imponer el pago del doble aguinaldo, una vez más se muestra que la economía no se ha diversificado, y que dependemos de los que suceda en afuera con los precios de los comoditties, y no tanto de la producción nacional.

DESEMPLEO Pero Rojas alerta que la cifra baja del desempleo no muestra la otra cara de la medalla, en este caso de la economía nacional, ya que no señala que los jóvenes, mujeres y profesionales son los que no pueden acceder a un empleo. Como referencia, el desempleo ilustrado en El Alto alcanzó al 21 por ciento, mientras que de las mujeres y el juvenil están por encima de la media nacional, 6 por ciento, mientras tanto la cifra oficial se reduce al 3,3 por ciento. SECTORES Los economistas consultados por EL DIARIO señalan que el dinamismo económico no fue heterogéneo, ya que algunas crecieron, otros se mantuvieron y la mayoría registro un menor crecimiento. Por ejemplo, la construcción y algunos rubros de la industria manufacturera tienen problemas, pero la situación más difícil lo enfrentan los pequeños y microempresarios, por el estancamiento del consumo interno. BONANZA Rojas lamentó que la bonanza economiza que tuvo algunos años el país, no se haya traducido en generar empleos dignos para la población, por ello las condiciones laborales del empleo en general es precario. En cuanto al desempleo juvenil, la cifra es alta, en los años 2012-2013. Sólo en la ciudad de El Alto llegó a 13,5 por ciento, mientras en La Paz el porcentaje se elevó a 21 por ciento, muy por encima de las tasas generales del empleo urbano, que según los datos oficiales es del 3,3 por ciento. En el caso del desempleo ilustrado, en El Alto se registra el 25 por ciento, mientras que en La Paz el porcentaje está en el 19 por ciento. Rojas lamentó que las oportunidades de trabajo para la población joven y profesional no hayan mejorado, peor todavía las condiciones son cada vez más penosas. “Recientemente, un encuentro de mujeres constructoras llegó a la conclusión de que casi el 100 por ciento de las que trabajan en esta rama, alrededor de 40.000, no goza de derechos laborales, no tiene un empleo digno; en concreto es una pequeña muestra de lo que pasa en pequeños rubros", reflexionó.

COMPARACIÓN A nivel de la región, al cierre de 2016, la tasa de desempleo abierto urbano fue de 5,2% en Perú; 6,8% en Chile y Ecuador; 7,5% en Venezuela; 7,7% en Paraguay; 8,2% en Uruguay; 8,5% en Argentina; 10,3% en Colombia; y 13% en Brasil, de acuerdo al Ministerio de Economía.

En 2012, la tasa de desempleo en Bolivia registró su nivel más bajo, con 3,2%, de acuerdo con el informe oficial, lo que implica que fue un año muy favorable en cuanto a empleo y a las condiciones sociales.

DATOS - En mayo de 2017, el presidente Evo Morales anunció la implementación de un ambicioso "Plan Nacional de Empleo", que establecía una inversión inicial de 146,4 millones de dólares para crear nuevas fuentes laborales y reducir el desempleo a 2,7% en los próximos años. - Con ese programa, que tiene como aliados a las empresas privadas, hasta marzo de este año se insertaron 1.100 jóvenes al mercado laboral de más de 13.000 inscritos en ese plan, puntualizó el Ministerio de Planificación.

- El ambicioso programa contempla crear fuentes de trabajo en infraestructuras urbanas, entre ellas la reparación de vías en municipios de Oruro, Sucre, Potosí, Riberalta, Cobija y La Paz.

- El estudio Panorama Laboral de América Latina y el Caribe de la OIT advirtió de que la tasa de desempleo se situó en el 8,4% en 2017, 0,5 puntos más que en 2016, cuando el índice era del 7,9%, lo que supuso un incremento de dos millones de latinoamericanos desempleados, pero el próximo año podría bajar hasta el 8,1 por ciento.

- En el Cono Sur, el desempleo era del 11,9% al concluir el tercer trimestre de 2017, cuando en las mismas fechas del año pasado era del 10,2%.
En los países andinos (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú), hubo una moderada reducción de 6,9% a 6,8%; en Centroamérica y México bajó de 4,5% a 4% por ciento, y en el Caribe la reducción fue de 7,8% a 7,4%.