La Bolsa de Santiago lanzó en abril pasado su mercado de bonos verdes, un producto que en pocos meses ha despertado el interés de los inversionistas locales y que puede convertir a Chile en un referente en la materia dentro de América Latina.
Fuente: El Mostrador
   
Lucy Pamboukdjian, gerente comercial de la Bolsa de Santiago, explicó a Efe que el parqué chileno tiene el mayor mercado de renta fija de la región y el sexto del mundo, un escenario ideal para empresas que quieran emitir deuda con bonos verdes e inversionistas que busquen diversificar su cartera de operaciones.
 
"El inversionista chileno está haciendo caso a esa tendencia internacional y busca sostenibilidad en sus carteras de inversión", señaló Pamboukdjian sobre esta herramienta de inversión, que sirve para apalancar la financiación de proyectos que ayuden a combatir el cambio climático.
 
Se diferencian de los bonos convencionales en que el dinero captado debe emplearse para financiar o refinanciar proyectos sostenibles relacionados con las energías renovables, la eficiencia energética y la conservación de la biodiversidad, entre otras iniciativas.
 
La gerente comercial de la Bolsa subrayó que Chile cuenta además con los inversionistas institucionales más poderosos de Latinoamérica, las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
 
Las AFP son empresas privadas que invierten miles de millones de dólares de las cotizaciones de los trabajadores chilenos en instrumentos financieros, principalmente bonos de renta fija.
 
En Chile el mercado de los bonos verdes y sociales echó a andar oficialmente a fines de abril pasado y desde entonces ya se han realizado dos emisiones.
 
"Sacamos el mercado en abril de este año y en el primer mes tuvimos dos emisiones, lo que es superpositivo. Ahora estamos trabajando para que otras empresas tomen la decisión de hacer la colocación de un bono verde", destacó Pamboukdjian.
 
Las primeras empresas en emitir bonos verdes en el mercado chileno fueron Aguas Andinas, que colocó 1,5 millones de Unidades de Fomento (UF), equivalente a unos 68 millones de dólares, y el banco estatal BancoEstado, con un bono social de 83 millones de dólares.
 
Ambos bonos fueron adquiridos por completo por inversionistas institucionales chilenos, lo que demuestra que "hay demanda interna para este tipo de instrumentos", según la gerente comercial de la Bolsa chilena.
 
Pamboukdjian explicó que las bolsas de México y Colombia también han dado los primeros pasos en la emisión de bonos verdes, aunque consideró que el parqué chileno es la "referencia" y puede ejercer el liderazgo en la región.
 
En esa línea, Marina Hermosilla, directora ejecutiva del Centro de Líderes Empresariales Contra el Cambio Climático (CLG-Chile) de la Facultad de Negocios de la Universidad de Chile, planteó que el país austral puede convertirse en un centro de operaciones para otras firmas latinoamericanas que quieran emitir deuda a través de bonos verdes.
 
"La Bolsa de Santiago hoy en día opera la plataforma de bonos verdes en cualquier moneda, se puede emitir en pesos, euros, dólares, yenes, lo que sea. Eso le da flexibilidad para que cualquier emisor pueda venir y poner la emisión de su bono", afirmó Hermosilla a Efe.
 
CLG-Chile está integrado por grandes empresas del sector privado chileno y su misión es promover políticas e instrumentos para impulsar una transición hacia una economía menos intensiva en emisiones de carbono.
 
Su secretaria ejecutiva considera normal que las pocas emisiones de bonos verdes realizadas hasta ahora por empresas chilenas las hayan llevado a cabo compañías grandes como Aguas Andinas o la papelera CMPC, que colocó 500 millones de dólares en mercados internacionales.
 
"Las empresas grandes ejercen su rol de liderazgo. El mercado mira con mucho más interés cuando son este tipo de empresas en lugar de que fuera otra que nadie conoce", manifestó.
 
Pero el objetivo, señaló Hermosilla, es fomentar la emisión de bonos verdes entre las empresas medianas que han surgido en Chile al alero de la industria minera o la salmonicultura.
 
"Son empresas que tienen buenos estándares ambientales, de gobiernos corporativos, seguridad y salud ocupacional. Están en condiciones de emitir bonos verdes y es cuestión de tiempo que empiecen a mirar estas alternativas de financiación como algo atractivo", concluyó la secretaria ejecutiva de CLG-Chile.