El Centro de Documentación de Calidad Ambiental precisó que la factoría se encuentra cerca de los afluentes Arroyo Hondo, Río Blanco, Ichoa e Izozo.
FUENTE: PÁGINA SIETE

El impacto ambiental de la Planta de Amoníaco y Úrea de Bulo Bulo, sólo por las líneas de alimentación de gas que proveen energía al complejo, corresponde a la categoría II, es decir, un grado de incidencia alto, según la ficha ambiental que presentó en 2014 Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos al Centro de Documentación de Calidad Ambiental (Cedoca), dependiente del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA).

El documento, al que tuvo acceso Página Siete, revela que, además del impacto considerable que ocasiona la planta, en la zona donde se encuentra la factoría hay por lo menos cuatro ríos grandes: Arroyo Hondo, Río Blanco, Ichoa e Izozo. La ficha ambiental EEIA-6309, registrada por el Cedoca, también menciona que esa institución pidió a YPFB un Estudio de Evaluación de Impacto Ambiental Analítico (EEIA), al ubicar su incidencia en el tipo II (I es de impacto ambiental más alto y IV es el de menor incidencia). Un funcionario del centro de documentación, quien pidió no ser identificado, aclaró que todas las empresas catalogadas en las categorías I, II y III deben presentar el EEIA, debido al grado de incidencia de efectos en los “atributos del ecosistema”.

“La gente cree que la ficha ambiental es la licencia para operar la actividad, pero, en realidad, es sólo el inicio (del trámite) para saber qué características tiene la actividad (de una empresa) y otorgarle una categoría”, explicó el dependiente del Cedoca. En cuanto a la clasificación, las plantas industriales que mayor impacto ocasionan sobre el medioambiente son los pozos petroleros. “En esta categoría se necesita mayor control, medidas de mitigación y un seguimiento a estas medidas”, dijo el experto. Las actividades industriales que causan un impacto “controlable” están agrupadas en la categoría IV, por ejemplo un banco, que genera residuos que pueden ser administrados.

La Ley del Medio Ambiente 1333, denominada “Reglamento de prevención y control ambiental”, detalla que algunos de los criterios para establecer la categoría de EEIA son las modificaciones de las características del ambiente, la localización próxima a áreas protegidas, recursos naturales que estén catalogados como patrimonio ambiental, áreas forestales o de influencia, o poblaciones humanas susceptibles de ser afectadas. También se toma en cuenta la calidad y cantidad de afluentes, emisiones y residuos que genere la planta y su incidencia en la salud de la población humana.

Denuncia En entrevista con este medio, el senador opositor Óscar Ortiz ratificó ayer su denuncia, de que la planta de Bulo Bulo no cuenta con un sistema de tratamiento de aguas residuales y exigió realizar una auditoría ambiental. “Me han confirmado distintos expertos que la razón principal de la contaminación es que no tiene una planta de tratamiento de aguas. Sólo tiene un tanque por precipitación y un filtro mecánico. Esto es insuficiente para depurar los más de 100 químicos que intervienen en el proceso de producción del amoniaco”, manifestó el legislador.

Al respecto, la viceministra de Medio Ambiente, Cynthia Silva, aseguró que el complejo petroquímico no precisa de un sistema de tratamiento de aguas, dada su alta tecnología; mientras que Gonzalo Saavedra, vicepresidente de Operaciones de YPFB Corporación, aseguró a El Deber que es “imposible” que la planta trabaje sin una fuente de tratamiento y agregó que cuenta con dos piscinas para ese fin. YPFB: La planta no genera agua durante la industrialización La Planta de Amoniaco y Úrea (PAU) no genera agua excedente como parte del proceso productivo, al contrario de lo que sucede con otras industrias que sí requieren de complejas plantas de acondicionamiento de agua, informó el vicepresidente de Operaciones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Gonzalo Saavedra.

“Cabe aclarar que la planta de úrea, por la alta tecnología que posee en sus procesos petroquímicos, no produce agua como parte del proceso productivo, conocemos de otros tipos de industria que generan agua como un sub producto y por tanto requieren de complejas plantas de acondicionamiento, ese no es el caso de nuestra Planta de Bulo Bulo, que en realidad toma prestado agua del río Ichoa y son devueltas en las mismas condiciones al arroyo Muñecas”, dijo el ejecutivo de la petrolera, según una nota de prensa de YPFB.

Cuando la planta está en operación requiere agua para el enfriamiento de algunos equipos como también para el enfriamiento o estabilización de temperatura de procesos productivos, que circulan por toda la red de tuberías internas con la que cuenta el complejo. Este enfriamiento se realiza de manera externa, como lo haría un radiador de un vehículo en un automóvil, sin que el agua ingrese al interior del motor; de manera similar, el agua cumple esa función en el área denominada Cooling Towers (torre de enfriamiento). Agregó que la Planta de Amoniaco y Urea es una planta de alta complejidad debido a que sincroniza el funcionamiento de 12 reactores químicos.