EL ESPECTADOR
Lo llaman MBS. Podría ser el acrónimo de un rapero o de una multinacional. Pero MBS es la forma abreviada de Mohamed bin Salmán. No sería raro que esa brevedad de tres letras, que mata los excesos que siguen al común Mohamed, también sea un intento de hacer el mundo árabe un territorio menos ininteligible. No sería raro porque en estos últimos tres años el príncipe Bin Salmán, de Arabia Saudita, se ha acercado a Occidente con una apertura inusual.
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Lo llaman MBS. Podría ser el acrónimo de un rapero o de una multinacional. Pero MBS es la forma abreviada de Mohamed bin Salmán. No sería raro que esa brevedad de tres letras, que mata los excesos que siguen al común Mohamed, también sea un intento de hacer el mundo árabe un territorio menos ininteligible. No sería raro porque en estos últimos tres años el príncipe Bin Salmán, de Arabia Saudita, se ha acercado a Occidente con una apertura inusual.
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