A pesar de tener grandes reservas de hidrocarburos y salir lentamente de la recesión, el país se está centrando en el crecimiento de su sector energético y las energías renovables son clave para su estrategia.
TNS LATAM
  
Saliendo poco a poco de la peor recesión en su historia, Brasil ahora intenta atraer a los inversionistas a su sector energético pero no sólo a la exploración de hidrocarburos. El país se está centrando en el lanzamiento de proyectos de energía más ecológicos. El año pasado, Brasil agregó 9 gigavatios de capacidad de energía renovable, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, un aumento del 43% comparado con 2015. Esta es una hazaña impresionante teniendo en cuenta los problemas económicos de Brasil que han llevado a la cancelación de subastas de proyectos renovables y Acuerdos de Compra de Energía (PPA, por sus siglas en inglés) en el último año, poniendo en duda la financiación de dichos proyectos. El gobierno otorgó solo 0.6 GW de nueva capacidad de proyectos hidroeléctricos y de bioenergía en 2016, cifra mucho menor en comparación con los 5 a 7 GW otorgados anualmente en 2013-2015.

El crecimiento en el sector en la última década ha sido impulsado por una combinación de subastas con PPA a largo plazo y financiamiento de bajo costo del Banco de Desarrollo de Brasil (BNDES). Pero más recientemente, el crecimiento de la capacidad se ha desplomado, junto con el aumento de la demanda, debido a la crisis económica del país. El organismo comercial Apex Brasil (Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones) pretende impulsar nuevamente el financiamiento de bonos, capital privado y ONGs. El presidente de la organización realizó visitas recientes a Londres y Singapur en un intento por obtener apoyo.
 
El presidente de Apex Brasil, Roberto Jaguaribe, dijo en Londres a World Energy Focus, el boletín del Consejo Mundial de Energía, que Brasil tiene miles de proyectos de energía renovable que requieren inversión en infraestructura. Sin embargo, confía en que encontrará el dinero necesario. "Esto (inversión) está creciendo cada año, desde unos pocos millones al principio hasta miles de millones de dólares. Nadie quiere perder dinero, ni siquiera por la mejor causa del mundo", dijo Jaguaribe. "Pero ser verde está de moda, es muy comercializable”.

La AIE estima que Brasil agregará 21GW de capacidad de energía renovable en los próximos cinco años. Este aumento ha sido revisado a la baja en más de un tercio debido a restricciones de fondos durante la crisis económica. Sin embargo, el país está bendecido con abundantes recursos naturales para aprovechar la energía renovable, que incluye una costa de casi 5.000 km y más de 300 días de sol al año en algunos Estados. Pero el viceministro de Energía de Brasil, Paulo Pedrosa, dijo en julio que el Gobierno no emitiría nuevas licencias para proyectos de generación de energía solar o eólica, el último se dio en 2015.

"No hay un apoyo significativo del Gobierno, pero obtenemos cerca del 90% de nuestra electricidad a partir de renovables en Brasil", dice Jaguaribe. La mayor parte de esto proviene de la energía hidroeléctrica, que abarcó el 66% del total en 2016. Jaguaribe cree que hay oportunidades atractivas para los inversores, incluso sin el caramelo de los subsidios gubernamentales. "La única pregunta es por qué no comenzamos antes. Pero aún podemos seguir adelante y convertirnos en un gran jugador", dijo. Ya comenzaron las conversaciones con Climate Bonds Initiative (CBI), una organización sin ánimo de lucro que busca aumentar la liquidez en el mercado de bonos verdes y climáticos para reducir el costo de proyectos de energía con bajas emisiones de carbono y la Green Finance Initiative, fondo de inversión del gobierno del Reino Unido.

Jaguaribe dijo que Apex también gestionará con el Gobierno de Brasil para que haga más para alentar la inversión en energías verdes. Él identificó la energía eólica como un área clave para el crecimiento, pero hay obstáculos. Se espera que una capacidad de 6.5GW entre en funcionamiento en Brasil en los próximos cinco años, dice la AIE, aunque existen algunos problemas de conexión a la red desde lugares remotos. La debilidad relativa del real brasileño en comparación con el dólar estadounidense también hace que las turbinas y otros equipos sean caros de importar. Sin embargo, se espera que el crecimiento de la energía hidroeléctrica se eleve. La AIE prevé que Brasil será el segundo mercado de mayor crecimiento para la energía hidroeléctrica entre 2017 y 2022. Solo en China la capacidad se agregará más rápido.

La energía hidroeléctrica ya constituye la mayor parte de la generación de electricidad en Brasil, con una previsión de participación que aumentará del 66% en 2016 a más del 68% en 2022, según la AIE. Estas previsiones se basan en la suposición de que dos grandes proyectos, Belo Monte y Baixo Iguacu, estarán totalmente en servicio y en línea en ese plazo.

AUMENTO DE BIOCOMBUSTIBLES

Cuando se trata de biocombustibles, Jaguaribe desea enfatizar que Brasil, el mayor productor de caña de azúcar del mundo, ha estado vendiendo etanol como combustible de transporte desde la década de 1980 y ha fabricado vehículos de combustible flexibles, que pueden funcionar con más de un combustible, por ejemplo, tanto gasolina como etanol, desde 2003. "Incluso cuando usted llena su automóvil con gasolina, tiene un 25% de etanol y existe la opción de un 100% de etanol", dice.

El objetivo de Brasil es aumentar la participación de los biocombustibles sostenibles en su combinación energética de alrededor del 9% el año pasado al 18% en 2030. Jaguaribe admite que este uso de biocombustibles ecológicos en el transporte ha hecho que el impulso hacia los vehículos eléctricos sea menos urgente que en otras naciones. Una cosa que podría disuadir a los inversionistas del sector brasilero de energías con baja emisión de carbono, es la supuesta prima de riesgo de hacer negocios en Brasil, agravada por el escándalo de corrupción Lava Jato y todos los problemas en el corazón del Gobierno. Pero Jaguaribe enfatizó que las principales petroleras internacionales como Shell, que han estado comprometidas en la actividad del upstream en Brasil por más de 100 años, continúan operando allí. "450 de las principales compañías de la lista Fortune 500 están en Brasil", dijo.

"No voy a decir que es fácil hacer negocios en Brasil porque eso sería una mentira, pero los que están ahí se quedan porque conocen los beneficios". Los cambios recientes a las reglas para la exploración de petróleo y gas, incluida una reducción de los requisitos de contenido local, son ejemplos de cómo Brasil se está volviendo más abierto a los inversionistas extranjeros. Y parece que funciona. ExxonMobil ofertó ocho bloques en la última ronda de licitaciones del país en noviembre, lo que arroja un total de $us 0.6 billones en bonos de firma, un signo de fe en Brasil y sus recientes medidas de reforma. "Estamos de vuelta. Es una buena señal ", dice Jaguaribe.