Ranking. Por noveno año consecutivo, Suiza es la nación más competitiva del mundo, seguida por EEUU y Singapur. En Latinoamérica, Chile, mantiene el liderazgo
FUENTE: EL DEBER

El país más competitivo del mundo es, por noveno año consecutivo, Suiza, seguido de EEUU, que subió una posición y desplazó a Singapur al tercer lugar, según el Índice de Competitividad Global 2017-2018 compuesto por 137 países y difundido recientemente por el Foro Económico Mundial. Holanda y Alemania se mantuvieron en el cuarto y quinto lugar, respectivamente, por delante de Hong Kong, que es considerado el gran ganador este año al mejorar tres posiciones. Suecia bajó un puesto hasta el séptimo lugar, al igual que Reino Unido y Japón, los dos siguientes en el ranking, en tanto que Finlandia se mantiene firme en el décimo puesto. Avances en Latinoamérica En Latinoamérica, Chile continúa como líder en competitividad, seguido de Costa Rica, que dio un gran salto al superar a Panamá y México, mientras que Argentina ganó 12 posiciones. Para el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), la región debería reforzar su capacidad de adaptarse a condiciones externas cambiantes y redescubrir nuevas fuentes de crecimiento sostenible, basadas en una agenda de competitividad coherente que fomente el emprendimiento y la creación de empresas innovadoras.

La falta de progreso en América Latina, a la hora de cerrar brechas con respecto a los líderes mundiales, se asocia con una productividad baja, una elevada informalidad, una insuficiente diversificación de las exportaciones y poco crecimiento para generar empleo y financiar la creciente demanda de más y mejores bienes públicos, sostienen expertos del WEF mencionados por EFE. Temas pendientes para Bolivia El economista José Alberti destaca que los países líderes en competitividad cuidan factores importantes que Bolivia necesita fortalecer aún más.

Entre ellos: la institucionalidad (cumplimiento de las reglas, de los derechos de propiedad y del respeto de los poderes), eficiencia de los mercados (financieros, de capitales, laborales, de bienes y servicios, regulaciones proactivas de la libre empresa) y la inversión en tecnología e innovación (para impulsar la diversificación y productividad). “Es importante tomar en cuenta esos cimientos de la competitividad. Bolivia tiene problemas en institucionalidad. Hay incertidumbre fundamentalmente en los derechos de propiedad de la tierra, tenemos debilidades en temas de regulación comercial y educación. No podemos mejorar nuestra competitividad si nuestra matriz productiva está concentrada en dos o tres productos.

La riqueza de los países está explicada en gran medida por su diversificación e innovación”, indica el expresidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz. Bolivia no está incluida en este ranking; sin embargo, los expertos consultados consideran que el país puede encontrar atractivas oportunidades comerciales en países estratégicos. “A Bolivia le conviene un acercamiento a economías de gran consumo y alto poder adquisitivo. Si se frenan muchos acuerdos comerciales es porque no hay capacidad productiva o se tiene limitaciones en logística. Hay que trabajar una agenda productiva para diversificar nuestra economía y encontrar ‘nichos de mercado’ potenciales”, resalta.