Lunes, 31 Julio 2017

Una oportunidad

Opinión de la presidenta de la CBHE, Claudia Cronenbold en la edición 109 de la Revista Petróleo & Gas.

Editorial - Opinión de la presidenta de la CBHE, Claudia Cronenbold en la edición 109 de la Revista Petróleo & Gas.

En 1996, después de negociaciones que iniciaron más de tres décadas atrás, Bolivia y Brasil firmaban un contrato que en su dimensión era el más importante que Bolivia firmaba en toda su historia, el cual venía acompañado de la construcción del ducto en ambos lados de la frontera.

Después de un arduo y acelerado proceso de construcción y, en paralelo de exploración, el 1 de julio de 1999 comienza a exportarse el gas natural boliviano al mercado brasilero, inicialmente con 1 millón de metros cúbicos (MMmcd), pero con un contrato de 30 MMmcd el cual tuvo su techo de consumo años más tarde.

Con el contrato GSA, nuestro país da un salto de gran dimensión al pasar de 15 a 40 MMmcd en su capacidad de producción de gas natural. Posteriormente la reincorporación del mercado argentino permite al país impulsar el desarrollo de campos para incrementar la producción llegando actualmente a 60 MMmcd.

Sin embargo, el contrato con Brasil está a pocos meses de llegar a su fin y por la importancia que tienen los ingresos del gas para nuestro país, más de 22.000 millones de dólares en 20 años, es necesaria e inevitable su renovación.

De manera coincidente con el final del contrato, en Brasil se ha generado una transformación muy profunda en su sector energético especialmente en el de gas natural. Ese nuevo escenario vislumbra que el actual comprador de la totalidad de los volúmenes ya no renovaría el mismo volumen y más bien, lo haría en parte y el saldo Bolivia debe negociarlo con otros compradores del mercado brasilero.

Esta situación que pareciera ser compleja para la posición boliviana, consideramos que marca al mismo tiempo una oportunidad que en buenos términos podría ser más bien beneficiosa para nuestro país al contar con una cartera más amplia de clientes.

El desafío está en establecer estrategias claras, equipos técnicos para el conocimiento del mercado y de negociación, pero sobre todo una visión holística y largo plazo que permita ver todas las oportunidades que tiene el gas boliviano tanto en Brasil como en otros destinos.

Un cambio siempre implica una oportunidad, y la ventaja siempre está del lado de los que mejor se preparan.

Estamos seguros que la posición boliviana, estatal y privada, contribuirá a que una vez más nuestro país tenga éxito en sus negociaciones para la venta de su gas natural.