Mientras que en Argentina va relegando posiciones a manos de las naftas y el gasoil, en el resto del planeta el GNC avanza a pasos agigantados, alentado por sus características medioambientales y su bajo precio en el surtidor.
Fuente: Surtidores
   
El calentamiento global y sus nefastas consecuencias sobre el medio ambiente están potenciando cada vez más la utilización del Gas Natural Comprimido en todo el mundo. Su crecimiento es tan fuerte que se ha convertido en el combustible alternativo por excelencia.
 
China es el país que se ubica en el podio con 6.500 Estaciones y con 2.900 en construcción, le sigue Pakistán con 3.000, Irán con 2.268 mientras que Argentina ocupa el cuarto lugar con 1.940. El todo el planeta totalizan más de 26.000.
 
Las naciones industrializadas también usufructúan las bondades de este combustible. En 2016 se matricularon en España 1.100 vehículos propulsados con gas natural, lo que supone un incremento del 133 por ciento en comparación con el mismo periodo del ejercicio anterior.
 
Claro que en esta región, uno de los principales motivos por el que los automovilistas optan por el GNC es por su nulo poder contaminante. Gracias a ellos, en la península ibérica se dejaron de consumir anualmente más de 142.000 toneladas de gasoil.
 
Según explica un documento elaborado durante un congreso realizado en Madrid bajo la consigna “El gas natural garantiza la calidad del aire”, se ha convertido en la “alternativa real y económica”, suponiendo un ahorro por kilómetro recorrido del 30 por ciento respecto al diésel y del 50 a la nafta.
 
La conclusión fue que el GNC es el combustible urbano recomendado para turismos, taxis y vehículos comerciales ligeros, así como para los vehículos pesados urbanos.
 
También lo recomendaron para el transporte marítimo (es una realidad en las zonas de control de emisiones de los Estados Unidos y el norte de Europa) y “es una clara alternativa en el transporte ferroviario en aquellas líneas que no se puede justificar su electrificación”, resaltó la nota final del evento.