Más tiempo de trabajo y mayor pasión. No hay horario ni días. De esta forma resume Yussef Akly el reto que le impone asumir la dirección ejecutiva de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía. 

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ENERGY PRESS

ENTREVISTA 

Poco más de una década y media han sido suficientes para que este ejecutivo de 41 años sea una pieza fundamental dentro de la estructura que ahora le toca dirigir y encaminar en una etapa en que la entidad supera los 30 años de vida institucional.

¿Qué representa asumir la dirección ejecutiva de la CBHE?

La Cámara es una institución a la que he visto crecer. El año pasado cumplí 15 años dentro de esta institución y a lo largo de este tiempo se ha podido construir un muy sólido equipo de trabajo con una cantidad de iniciativas y de programas muy importantes para la coyuntura de la industria.

Considero que algo importante en este nuevo desafío va de la mano de la visión de continuidad que ha tenido el directorio en relación al trabajo que ha encarado la institución. En ese marco, tenemos que acercarnos aún más al asociado.

¿Cuáles son los retos por venir en esta nueva etapa?

Somos muy ambiciosos. Creo que eso es algo que nos ha acompañado durante todos estos años. La primera etapa fue de conocer la cámara y qué se podía desarrollar a través de esta plataforma institucional. Y realmente hemos visto que no hay límite en cuanto lo que se puede hacer. Lo demuestran los acuerdos que hemos alcanzado internacionalmente y el protagonismo que se ha logrado con nuestra presencia en el Consejo Mundial de Energía. Y como bien dice nuestro slogan, “integrando energías”, hemos tenido la capacidad de consolidar un esquema de trabajo para toda la actividad energética. En un tiempo, muy activo en el tema petróleo, posteriormente en el tema gas y a partir del año 2000 también se sumó esa relación de transición entre gas y energía.

Como Cámara estamos acompañando muy activamente esas tendencias y queremos ser protagonistas de lo que significará el trabajo a nivel de los desafíos, tanto en Bolivia como en la región. Y si hablo de la región es porque todo esto nos ha valido como reconocimiento internacional. Nuestra presidente, Claudia Cronenbold, es la vicepresidente regional del Consejo Mundial de Energía, por lo que tenemos una voz muy importante en el trabajo del sector energético mundial. Eso es algo que valoramos y queremos seguir desarrollando.

¿Cuál será el sello que Yussef Akly le imprimirá a la dirección ejecutiva de la CBHE?

Seguir construyendo sobre las bases muy sólidas que se tiene. Estamos muy en línea con el fortalecimiento de nuestras unidades, así como el apoyo a todas las necesidades que tienen nuestros afiliados. Asimismo, mostrar un nivel de participación más directa tanto del upstream, downstream, servicios; siendo servicios una parte esencial de lo que es el desarrollo de la cadena. En suma, estamos con una visión muy integradora, a lo que se agrega el ámbito social, en el que durante estos años la Cámara ha consolidado un espacio importante a través de Fundesoc y de los programas sociales para un desarrollo integral y sostenible.

Después de 30 años de trabajo ¿Qué perfil es el que tendrá la Cámara de aquí en más?

Nos interesa reforzar el protagonismo del sector. Somos el referente y el punto de integración de la actividad de hidrocarburos y energía en Bolivia. Y para eso nos impulsan los cambios tecnológicos que se están dando. Dentro de muchos cambios que estamos pensando está el mostrar todo ese valor que estamos dando como institución a través de diferentes medios sociales: las redes sociales, difusión de informes, los debates que se dan a nivel nacional e internacional.

Otro tema importante es el Foro de los Países Exportadores de Gas Natural. Estamos con toda la intención de apoyar para que este evento sea un éxito. Realmente Bolivia, a nivel de la región, es un protagonista muy importante. Lo viene siendo hace 40 años y, en ese plano, tiene mucho que aportar en relación a su experiencia en gas natural.

El país está abasteciendo a dos principales mercados, ha incursionado en temas como el micro GNL que permite el acceso del energético a las comunidades. Entonces, lo que se está viviendo en Bolivia, con la diversidad proyectos que se tiene y a lo que se suma la apertura del sector eléctrico, ubica al país en el pico de esa ola para tratar de acompañarlo de la mejor manera, apoyando con todas nuestra experiencia, conocimiento y capacidades técnicas.

¿Cómo se viene el 2017?

El 2017 se plantea como un año muy interesante, porque tanto el WTI como el Brent están teniendo una tendencia constante y en crecimiento. Estaríamos hablando de que para el último trimestre de este año se pasarían los 60 dólares por barril, por lo que desde el punto de vista precio hay señales de recuperación. Esto se convierte en un valor que nos permite ir mejorando de alguna manera nuestra capacidad y nivel de reposición, tanto de inversiones como de reservas, buscando retomar la rentabilidad de los proyectos.

A nivel de Gobierno, que es un protagonista muy importante en el desarrollo, viene firmando nuevos contratos para exploración, autorizando la perforación de nuevos pozos, para llegar a unos 18 nuevos pozos que se estarían perforando. Ese es un indicador importante para medir la actividad de exploración en el país. Es una señal interesante en relación a los programas de perforación.

Lo que no hay que perder de vista es que el ciclo de la industria es de mediano plazo. Sería interesante poder decir: este año tendremos nuevas reservas o nuevos descubrimientos o nuevos prospectos. Y la realidad es que posiblemente este año sea el de consolidar un trabajo que está empezando que daría frutos en los siguientes años. Por ese lado, creemos que es un año de inflexión que nos puede marcar la pauta de esta industria para la próxima década.

¿Puede el país seguir siendo un jugador energético importante a nivel continental?

Es un jugador importante y lo seguirá siendo por las propias señales que dan los mercados. Tanto Brasil, Argentina, Chile y ahora Perú, que está muy activo, están buscando complementar su oferta energética. Lo que se ve en la región es que quieren seguir creciendo en su consumo y una de las fuentes dentro de ese mix de oferta es Bolivia. En ese ámbito, el país continúa siendo un actor importante. Creemos que con todas las inversiones y los resultados, que esperamos sean positivos en un par de años, podemos dar una proyección mayor.

¿Bolivia tiene opciones de exportar a otros países, y en volúmenes importantes, más allá de Brasil y Argentina?

Somos una alternativa real. Ya se tiene las interconexiones a esos mercados. En muchos casos esa capacidad instalada o la infraestructura de transporte hace parte del desarrollo de las industrias de esos países. Desconectarnos de esos mercados no lo veo realista. Lo que más bien veo es que esos mercados nos tendrán muy en cuenta en este mix de energías y de oferta, tanto de gas natural como de energía eléctrica. Seguiremos siendo parte de esa ecuación de crecimiento de esas economías.

¿Cuáles deberían ser las tareas prioritarias del país para no perder posiciones a nivel regional?

Se ha trabajado. Yo creo que el Gobierno ha ido identificando los puntos principales en relación a cuáles podrían ser las limitantes del desarrollo de una industria intensiva en capital como la petrolera. Una primera parte fue la ambiental y social, en la que hemos logrado condiciones que de alguna manera posibilitan el trabajo con toda la experiencia y buenas prácticas para seguir desarrollando el potencial hidrocarburífero del país. Esa es una primera base de acuerdo y que es importante.

Lo otro que es representativo, y que nace por la coyuntura, es encontrar mecanismos para rentabilizar los proyectos. Llámense incentivos o condiciones que trabajen en lo económico como en lo técnico, que permitan que la ecuación económica de los proyectos sea viable. Y no sólo hay que pensarlo a nivel de las empresas privadas. El sector público es un protagonista importante a través de YPFB y las subsidiarias en el desarrollo de proyectos. Y la misma Constitución obliga a que se tengan que desarrollar proyectos de forma rentable. Bajo ese marco, nosotros creemos que todo lo que ayude a fortalecer esas condiciones económicas para los proyectos permitirá que se sigan generando nuevas inversiones y planes. Ese es un desarrollo virtuoso en una industria como esta.

¿Qué tan necesaria y urgente es una nueva Ley de Hidrocarburos?

La Ley es algo que se venía discutiendo hace tiempo. El propio cambio de la Constitución Política del Estado hacía prever la implementación de una ley. El que tengamos una Ley como la 3058, del 2005, a la que se suman nuevas normativas, además que el manejo de la industria ha cambiado, con todo eso, creemos que este sector está en un momento para hacer un texto que permita ordenar toda la normativa que se ha ido generando. Obviamente, valga el espacio de debate público y de debate en la Asamblea para generar otras iniciativas que puedan ser estratégicas para el desarrollo de la industria.

¿Qué momento atraviesa la relación entre las empresas privadas y el Gobierno?

Valoramos el debate y estamos abiertos a que sea propositivo. Pienso que son importantes los niveles de confianza. Cuando se estableció este nuevo Gobierno y se comenzaron a dar las reformas, quizás no nos conocíamos o no había suficientes canales o niveles de confianza para este diálogo.

Creemos que ya han pasado más de diez años donde hemos mostrado las virtudes y cualidades de ambos actores, tanto público como privado. En ese plano hemos encontrado espacios de diálogo muy interesantes. Vemos que hay una mejor comprensión de ambas partes de lo que se quiere como país, creemos que podemos seguir aportando y que somos una contraparte relevante para ese debate.